Comenzando a remar
Este es mi pequeño cuaderno de bitácora y quiero compartirlo con todas las personas que sientan devoción y afecto por el mundo marino y sus grandes secretos alimenticios con sabor a mar.
Me llamo Alejandra García y soy madre de tres preciosas niñas a las que adoro y llevo en mi corazón, donde también hay un lugar en el que reside la devoción profesional por mi trabajo.
Me dedico a la compra y venta de pescado desde hace casi tres décadas y continúo con la misma ilusión, empeño y gratitud que el primer día. Esta pasión se la debo a alguien que marcó mi vida para siempre y a la que quiero homenajear con estas palabras.
Gracias abuela por inculcarme mi pasión hacia el mar
Parece que fue ayer cuando comencé en este mundo que mira al mar y recoge lo mejor de sus aguas para llevarlo a tierra. Mi querida y adorable abuela materna me guió e instruyó para seguir sus pasos para que, a día de hoy, pueda llevar a cada mesa de cada hogar la pasión y la calidad de los mejores productos del mar llenos de tradición y autenticidad.
Mis hijas, mis grumetes
Mis tres niñas son mi pequeña gran inspiración, ya que aunque en casa jamás hemos negado un delicioso pescado fresco, he visto a mis hijas comer pescado y marisco en conserva, cremas y patés sin saciarse, queriendo más y más.
Recuerdo a mis pequeñas grumetes como devoraban las latas de sardinas y los bocadillos de paté. A día de hoy, siguen tomando atún en conserva y lo combinan de mil maneras confeccionando platos deliciosos. ¿Y quién no?
Esto me hizo pensar en una nueva forma de alimentación más rápida y práctica pero tan sana y natural como consumir pescado fresco.
El futuro de la alimentación en conserva
Durante mi larga trayectoria profesional, he observado cómo los tiempos cambian. En un ritmo de vida más acelerado y nuevos hábitos de consumo, las nuevas generaciones buscan alternativas en la cocina en las que no necesiten emplear tanto tiempo, pero sin renunciar ni a la calidad ni al sabor fresco y auténtico.
Parrillada de sardinas o latitas gourmet
A todo el mundo le gusta disfrutar de una parrillada de sardinas en la playa o en el jardín de casa una agradable noche de verano, ¿verdad? ¿Te imaginas una parrillada en un piso? Las sardinas están riquísimas pero asarlas en el interior de casa no es tan buena idea, su aroma impregna paredes, muebles y tejidos. El olor a sardinas asadas en una casa no es agradable.
Pero, para disfrutar del mismo sabor y calidad con la confianza de comer productos artesanales de la tierra, podemos juntarnos unos amigos en casa y abrir unas deliciosas latitas gourmet de sardinas y acompañarlas con deliciosos patés de marisco mientras brindamos con una botella de buen vino.
¿Qué os parece la idea? No tiene que ser verano para disfrutar de unas ricas sardinas en buena compañía. Agosto, febrero, octubre…¿A qué sí?
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